Saturday, August 22, 2009

Virginia Smichowski y Juan Manuel Cañonero



El vino, con toda su carga simbólico-religiosa, y la comprensión del entorno como el lugar natural de expansión y cuya naturaleza misma es utilizada como motivación arquitectónica, permiten que surja una lógica del pliegue, del espesor, del fragmento del cual se nutre el organismo arquitectónico.









La propuesta de gran integridad desarrolla una implantación basada en el concepto de dar cobijo y protección,



y plantea un recorrido con una clara secuencia espacial en la cual participan los elementos esenciales del entorno mendocino.




Se concentra en el sector cercano al acceso, generando cierto grado de interioridad, conseguida a través de un gradual dominio de los espacios abiertos.



El recorrido se regula a través de una muy ajustada secuencia de espacios acordes a la escala de cada sector de la intervención, en la cual destaca el espacio central que funciona de atrio del complejo y acompaña el recorrido hacia los accesos secundarios.

Se trabaja sobre la incorporación de elementos del entorno mediante recursos de encuadre y jerarquización. La arquitectura funciona como marco de grandes perspectivas. Es un planteo integral que se nutre del paisaje y lo modifica, humanizándolo. Se moldea el vacío, se organizan de este modo los cultivos y el espacio abierto plantando árboles, que generan lugares de sombra. Aparece el agua como humificador natural.



La bodega define espacio central, foco de la propuesta. Se estructura mediante una gran espalda o costilla estructural-funcional a partir de la cual se va proyectando hacia el paisaje con distintos grados de apertura.











Desde un espacio de dimensiones controladas se inicia el recorrido que permite, sorteando estrato por estrato descubrir la sala de tanques y cada uno de los sectores hasta llegar al último estrato: el más profundo y penumbroso: la cava.
















Desde aquí y de manera ascendente la materialidad retoma el camino inverso al que realiza el visistante, permite reescribir esta estratificación, emprendiendo un ascenso que lleva de lo más pesado y rocoso hasta la liviandad y diafanidad de las cubiertas livianas y los paños vidriados que permiten el ingreso del paisaje circundante.



















Desde el punto de vista pedagógico ha sido sin duda en ejercicio muy fructífero, con instancias de avance y retroceso, pero fundamentalmente de mucho compromiso y esfuerzo, cuyos frutos creo, están a la vista. Una entrega completísima y con material de alto contenido expresivo y arquitectónico.

Karina

El espacio exterior se dilata y se contrae, generando el ámbito propicio para que se desarrolle la arquitectura, generando a partir de esta y del agua, una gran ventana al paisaje, a los viñedos y a las montañas.
En la bodega en sí, logra generar una tectónica muy rica en general, que no se llegan a fusionar del todo en la estructura, ciertas riquezas implícitas generadas a partir del espacio y la volumetría.
Jorge

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